viernes, 27 de abril de 2012


¿Por qué será que los mejores momentos de nuestra vida vienen inesperadamente y aquellos que planeamos con tanto cuidado y tan anticipadamente casi siempre son un fracaso?. Estas cosas las sentimos siempre en nuestro interior, sin que por fuera se vea nada. Nada. Pero entonces, ¿cómo conocemos nuestras propias desilusiones?

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